Power to the people

Durante estos días que se está dando tanto el bombo con el conflicto entre Corea del Norte y Estados Unidos, creo es un buen momento para analizar esa gran frase de Salvador Allende que decía que la historia es de los pueblos y ellos deben escribirla, y para ello debemos hablar de los posiblemente más acérrimos defensores de la autodeterminación, la dignidad, y la democracia real que habido en Estados Unidos: Las Panteras Negras


Bien, para entrar un poco en materia sólo decir que las Panteras Negras se convirtieron en una organización que defendía la autodefensa armada que apoyaba Malcolm X, fruto de la represión policial a la comunidad negra en Estados Unidos, ya que solamente buscaban derechos civiles en ciudades industriales, muy oprimidas por la violencia policial. Llegaron incluso a él 1969 impulsar programas sociales en favor a la comunidad, como desayunos gratis a los niños que vivían en esas comunidades, y clínicas de salud locales totalmente gratuitas para la gente, al igual que muchas medidas de carácter anticapitalista. Son un mero fruto del racismo estructural que se sufre en los Estados Unidos de América, tan aferrado.


Y para entender lo que fue el movimiento de las Panteras Negras debemos analizar la frase Black Power, la cual no deja de ser un empoderamiento de una parte de la población en situación de esclavitud, relacionada con la construcción de instituciones de Participación Ciudadana, las cuales pienso yo, al igual que bastante gente, fueron determinantes para la situación de la comunidad negra en Estados Unidos; una comunidad que se encontraba desmembrada y sin derechos. Precisamente por eso se reconoce a este movimiento como el empoderamiento que consiguió incluso, quién lo iba a decir, en Estados Unidos, disputarle el monopolio de la violencia al Estado con las tan famosas patrullas en las zonas de Los Ángeles, por ejemplo.


Claro que teniendo en cuenta esto pensaréis ¡Ostia, no debió ser fácil! Pues no, ya que hubo un cambio estructural muy grande, un cambio en el paradigma de pensamiento de la mayor parte de la sociedad, la cual era blanca. Una mayor parte de la sociedad que asumía que los afroamericanos no podían tener armas, portarlas, usarlas y dicho movimiento rompió con ese paradigma, no solo en sus fronteras nacionales, sino que se extendió a la lucha de los nativos americanos indígenas y sudamericanos por ejemplo, lo cual supuso romper con el paradigma de pensamiento de las generaciones anteriores, significando una oposición contra la opresión colonial de los países imperialistas de siempre, que ¡Ya era hora de que alguien les plantará cara! De este internacionalismo podemos observar que no sólo era una lucha racial, también era de clase, aunque la raza y la clase estuvieran fuertemente ligadas, y a pesar de lo que mucha gente cree no sé creo una comunidad. Esta comunidad ya existía, lo único que ocurrió fue la institucionalización de esa comunidad ya existente, lo cual ya ha ocurrido en la historia, como en la primera Intifada en la cual se logro que los israelíes solo controlaran hasta donde llegase la punta de su fusil, ya que las instituciones serían controlada por los palestinos, legítimamente, como su tierra, ya que lo era.


Este movimiento hizo incluso cambiar las relaciones con la tan amada Iglesia ¡Oh Señor, nuestro Señor! ¡Oh capitán, mi capitán! Los desayunos que las Panteras Negras preparaban para entregar gratuitamente a los niños los hacian allí, lo que supuso una alianza con una muy pequeña parte de la Iglesia, que se mostró favorable ante este movimiento. Oye, al César, lo que es del César.


Para acabar, estaría bien contar una anécdota que leí hace un tiempo y me hizo bastante gracia, sobre una visita que hizo Fidel Castro al barrio del Bronx, en la que un miembro de los Panteras Negras le preguntó que cómo era la situación de la comunidad negra en Cuba, y él dijo: ¡Cómo va a ir, yo también soy negro!


Terminando, solo diré lo que he dicho al principio, y lo que decía nuestro muy admirado Salvador Allende: La historia es de los pueblos y ellos han de determinar su futuro, en su derecho legítimo a elegir lo que quieren, sin injerencias de ningún tipo y sin que nadie les diga qué es lo mejor para ellos, en una suerte de paternalismo que se ha vuelto más terrorismo que otra cosa.


Tira millas.
















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