Nueve putos años
Muchos tacos en esta entrada, así que si sois muy sensibles literariamente, íos.
Ayer se llevó a cabo el juicio sobre "La Manada" con la indignante y para nada sorprendente decisión (viendo los derroteros que el sistema judicial español está tomando ultimamente) de considerar este delito como un abuso sexual y no como una agresión, lo que traducido significa que no lo han declarado como una violación, ya que entienden que no ha habido una conducta violenta de por medio. Esto se ha cristalizado en una condena de nueve años para estos cinco desechos. Si hubiera sido declarado como una violación, se habría elevado la pena a más de veintidós.
Parece que no hay techo a la hora de alcanzar el ridículo por parte de un sistema judicial más preocupado de sostener con sus decisiones un sistema cisheteropatriarcal, que de tomar decisiones justas y equitativas para la ciudadanía. Una amiga que tiene una tienda de libros de segunda mano con la que he hablado hoy, ha hecho un comentario que, desde mi punto de vista, es bastante esclarecedor, aún con la simpleza que guarda: "Parece que para ser juez hoy en día en este país, no se necesita empatía, sino simplemente una buena memoria para saberse de memorieta todo el campo legal".
Por otra parte, me ha venido a la cabeza al escuchar este comentario, uno de los jueces que ha participado en el juicio y cuya decisión ha quedado invalidada por el resto de jueces que participaban en el caso. El juez Ricardo Gómez tomó la decisión de apostar por la absolución de los cinco individuos, diciendo que durante la violación, la chica no había opuesto resistencia, por lo que no había sentido dolor ni daño. También ha dicho que había tomado esa decisión en base a la excitación de la chica en el momento de la violación. Según el, palabras textuales, solo observaba a cinco hombres y una mujer en un "ambiente de jolgorio". No suelo hacer apreciaciones de este tipo, pero para ser honesto, este es uno de los pocos casos en los que no me importaría ver como castran a este tremendo personaje frente a mi portal. Me daría un poco de asco tener que limpiar la sangre después, pero merecería la pena.
Pero tranquilizándonos por un momento, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que puede suponer esta decisión para nuestra sociedad, de manera muy negativa y muy grave. Esto puede sentar precedentes a la hora de tomar decisiones judiciales que sigan haciéndonos retroceder en el tiempo en materia de violencia de género, y poner el listón a una altura que disponga que si no hay muerte de la víctima, no hay violación. Otra de las graves consecuencias, para mí no menos importante que la primera, que la gente a estas alturas esté seriamente valorando que cuando una mujer no ofrece resistencia ante una violación, es porque lo está consintiendo. Si la mujer se resiste, la matan, y si no, es porque le gusta. Joder, qué bien vamos en este puto país de mierda.
No es no. Es un concepto muy fácil. Y si alguien no lo quiere entender, quizá haya que enseñárselo a la fuerza.
Tira millas.
Ayer se llevó a cabo el juicio sobre "La Manada" con la indignante y para nada sorprendente decisión (viendo los derroteros que el sistema judicial español está tomando ultimamente) de considerar este delito como un abuso sexual y no como una agresión, lo que traducido significa que no lo han declarado como una violación, ya que entienden que no ha habido una conducta violenta de por medio. Esto se ha cristalizado en una condena de nueve años para estos cinco desechos. Si hubiera sido declarado como una violación, se habría elevado la pena a más de veintidós.
Parece que no hay techo a la hora de alcanzar el ridículo por parte de un sistema judicial más preocupado de sostener con sus decisiones un sistema cisheteropatriarcal, que de tomar decisiones justas y equitativas para la ciudadanía. Una amiga que tiene una tienda de libros de segunda mano con la que he hablado hoy, ha hecho un comentario que, desde mi punto de vista, es bastante esclarecedor, aún con la simpleza que guarda: "Parece que para ser juez hoy en día en este país, no se necesita empatía, sino simplemente una buena memoria para saberse de memorieta todo el campo legal".
Por otra parte, me ha venido a la cabeza al escuchar este comentario, uno de los jueces que ha participado en el juicio y cuya decisión ha quedado invalidada por el resto de jueces que participaban en el caso. El juez Ricardo Gómez tomó la decisión de apostar por la absolución de los cinco individuos, diciendo que durante la violación, la chica no había opuesto resistencia, por lo que no había sentido dolor ni daño. También ha dicho que había tomado esa decisión en base a la excitación de la chica en el momento de la violación. Según el, palabras textuales, solo observaba a cinco hombres y una mujer en un "ambiente de jolgorio". No suelo hacer apreciaciones de este tipo, pero para ser honesto, este es uno de los pocos casos en los que no me importaría ver como castran a este tremendo personaje frente a mi portal. Me daría un poco de asco tener que limpiar la sangre después, pero merecería la pena.
Pero tranquilizándonos por un momento, me gustaría hacer una reflexión sobre lo que puede suponer esta decisión para nuestra sociedad, de manera muy negativa y muy grave. Esto puede sentar precedentes a la hora de tomar decisiones judiciales que sigan haciéndonos retroceder en el tiempo en materia de violencia de género, y poner el listón a una altura que disponga que si no hay muerte de la víctima, no hay violación. Otra de las graves consecuencias, para mí no menos importante que la primera, que la gente a estas alturas esté seriamente valorando que cuando una mujer no ofrece resistencia ante una violación, es porque lo está consintiendo. Si la mujer se resiste, la matan, y si no, es porque le gusta. Joder, qué bien vamos en este puto país de mierda.
No es no. Es un concepto muy fácil. Y si alguien no lo quiere entender, quizá haya que enseñárselo a la fuerza.
Tira millas.
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