Se alquila vientre

Durante estos días está muy en boga el tema de la gestación subrogada, un tema que crea divisiones de opinión a lo largo de toda la sociedad. A mi me gustaría dar mi opinión sobre este tema, siempre enfocándolo desde un feminismo radical que, bajo mi punto de vista, es el único que puede lograr la verdadera emancipación de la mujer como sujeto independiente en nuesta sociedad, como apuntában feministas del tallaje de Allexandra Kollontai o Krupskaia, esenciales en la lucha de la mujer en la revolución soviética.


Considero, antes de entrar directamente en la valoración del tema, que si queremos la emancipación total de la mujer del hombre y su reconocimiento total, no sólo en el ámbito académico y laboral, sino también en el social, se le debe desligar de cualquier estigma que vaya asociado a los roles de género, unos roles que están implantados socialmente y que al igual que han echado raíces en nuestra sociedad, con mucho trabajo, se pueden arrancar. Pero esa no es la única cuestión que hace que la mujer como colectivo permanezca como elemento estigmatizado en nuestra sociedad. La mujer es en muchos casos, cosificada, entendida en muchos casos como un objeto, y esto se ve clarísimo cuando vemos a los cuatro cazurros, machitos de turno que cuando van de fiesta, van más con actitud de salir de caza que de salir a disfrutar del ambiente o la música, o cuando la gente entiende a la mujer como poco menos que una maquina de limpiar automática, debido a la tarea que ha desempeñado históricamente, lo cual es inaceptable, pero asumido por una gran parte de la sociedad tristemente.


Como es voz pópuli, conocido por todos, el capitalismo, como objetivo primigenio busca el mayor enriquecimiento de la menor cantidad de manos posibles, y que todo gire en torno al capital, como tronco principal del sistema. Esto es incompatible con cualquier tipo de feminismo, y volviendo al tema de la cosificación, considero que el hecho de que se legalicen los vientres de alquiler es un grave retroceso en la lucha por el empodereamiento de las mujeres, ya que es una fórmula que la trata como una parte del engranaje en las relaciones de producción, por su propia esencia. La mujer no es un objeto, no es un producto de supermercado que tú puedes ir a adquirir según el precio que se estime, según valor de cambio ¡La mujer no se compra en Mercadona, cojones!


Lo peor es que hay una parte de la población que recurre al argumento de que se puede hacer de manera altruista, es decir, que haya mujeres que por propia voluntad, decidan ayudar a personas anónimas o no anónimas, a tener hijos de manera desinteresada. Como dije antes, el único interés del capital es generar riqueza, y siendo serios, ¿Quién va a regalar su fecundidad de manera altruista a los demás? Pienso que esto solo puede desembocar en una justificación para la explotación de la mujer para este tipo de servicios, esclavizándola, a parte del retroceso que supondría esta decisión en la lucha por los derechos de la misma, ya que la liberalización de cualquier servicio suele ir ligado al empeoramiento de las mejoras laborales del mismo para las trabajadoras de esa labor. Sinceramente, yo no lo veo nada claro. Bueno, sí que lo veo, y no me seduce nada la idea de convertir a la mujer en una maquina de producir fetos en cadena, como una envasadora de verduras. Cosificar no es respetar. Consumir masivamente no es valorar. Entender a la mujer como un objeto productor, no es darle el reconocimiento dentro de la sociedad que merece.


Piensa en ésto y valóralo tu misma/o y saca tus propias conclusiones sobre este tema.


Tira millas.







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