Móvil de conducta

Todos los que tenemos un ideario colectivo, compartimos una serie de comportamientos, asociados a ese tipo de ideario, como podrían ser la solidaridad, la confianza, el amor por la igualdad, etc. Esto es obvio, pero bajo mi punto de vista sería un fallo quedarnos en lo superficial, en esa mera serie de comportamientos, sin analizar las causas que nos mueven  a llevar a cabo ese tipo de actitud y comportamientos. Lo voy a hacer con la ayuda de Pietr Kropotkin, y si te ha gustado la entrada cuando la hayas leído, te recomiendo que te documentes con sus libros, son oro puro, se aprende muchísimo de él.


En la naturaleza se pueden observar comportamientos que son compartidos por grupos de animales, comportamientos que son efectuados de manera automática, ya que no reside en ellos la capacidad de decisión como dice Fernando Savater en su libro, "Ética para Amador". Actuan programados por un instinto que, formado en base a la experiencia, les ha dado la clave para un comportamiento que es el más favorable para perpetuar su especie, y gracias a ese instinto han conseguido trabajar en la búsqueda de objetivos comunes que sean favorables para todos. Por eso dentro del reino animal no hay individualismos, y se pierde totalmente el concepto de egoísmo o individualismo, ya que no se concibe. El beneficio individual, vendrá de la mano del beneficio colectivo; actitud que es extrapolable al ser humano como no puede ser de otra manera, aunque millones de años de evolución no parecen ser aval y experiencia suficiente para una especie como la nuestra, que sigue empeñada en demostrar que el objetivo individual es el más equitativo, privando de toda lógica la teoría y por supuesto, invalidando por completo la práxis.

Pero ahora bien, tiene que haber un móvil que nos lleve a entender y poner en práctica este comportamiento, entenderlo y sentirlo. Durante la historia, el cristianismo nos ha dado la imágen del ángel y el demonio,  cada uno a un lado de la cabeza apoyado sobre el hombro, incitándonos a actuar mejor o peor y de alguna manera, sucumbir a uno de esos dos entes. Pero en mi opinión, el hecho de hacer las cosas por miedo a posibles represalias de un ser superiór, o por la simple voluntad de contentar a un ser etéreo, que poco va a hacer por tí, se invalida por sí mismo, por lo que creo que mejor buscamos otra alternativa, que no esté basada en el miedo o la coacción de duendes y pitufos imaginarios.

Kant proponía el imperativo categórico como modelo de comportamiento, para aspirar a una sociedad mejor y más justa, con su famosa frase "No hagas lo que no quieres que te hagan a tí". Esta frase no está mal, y sin duda no es una mala filosofía de vida, pero yo quiero ir un paso más allá. ¿Qué tal si en lugar de no hacer lo que no queremos que nos hagan, justamente sí hacemos lo que sí queremos que hagan por nosotros? Es una filosofía que se entrelaza con la teoría anteriormente comentada que menciona que el beneficio colectivo siempre traerá consigo el beneficio individual, y viceversa. Los animales utilizan esta forma basada en la solidaridad y el apoyo mútuo, y no parece que les vaya tan mal.


Quizá si fuesemos más animales, aprenderíamos a ser más humanos.


Tira millas.



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