¿Educación?

¿Cuando hablamos de educación, a qué nos referimos?

Etimológicamente, según tengo entendido, puede tener dos enfoques o vertientes, dependiendo de su origen. Puede proceder de ex ducere, cuyo orígen significaría que el ser humano tiene una serie de potenciales diversos de manera intrínseca, y que la educación se encarga de sacar, por decirlo de alguna manera, todas esas potencialidades, para poder proyectarlas en la adaptación del indivíduo a la sociedad. La otra palabra es educare, y esta significaría que el ser humano es un ser inacabado al nacer y que, mediante la educación, se va completando su proceso de crecimiento, ya que esta palabra significa alimentar, criar, etc. Tiene varias acepciones, pero enfocadas al mismo objetivo.

Según he podido estudiar en la Universidad, la educación se concibe como aquel proceso, en el que intervienen docente y discente, mediante el cual se transmiten una serie de saberes, sociales y culturales, para el correcto desarrollo de la vida personal y profesional del alumnado. Pero siempre que he visto este tipo de definiciones me he quedado frío. ¿Por qué? Porque pienso que hay un montón de notas individuantes y características de la educación que se quedan por el camino y sobre las que no se hace el suficiente hincapié, a pesar de su vital importancia en el proceso educativo, como podría ser la intencionalidad, esencial para la transmisión de conocimientos, y su correlativo lógico, el aprendizaje. La educación debe ser perfeccionadora como hemos visto antes, debe tener un carácter conductivo, ya que debe ser guiada y supervisada por el profesor, aunque esté basada en la práctica por parte del alumno. Desde mi punto de vista debe ser continuada y gradual, y quizá para mí estos son dos de los puntos más importantes, ya que son los que conforman la educación integral, una educación en la que siempre se aprendan cosas nuevas y nunca se pierda la pasión por aprender, ya que opino que un maestro que ama enseñar, transmite a su alumnado la pasión por aprender. No se debe obviar, obviamente, valga la redundancia, los dos principales pilares de la educación, como son la educabilidad y la educatividad, pero sinceramente, yo considera que deberían estar más enfocados a la capacidad del alumnado de permanecer abierto ante sus hábitos, sus costumbres, sus acciones, y todo aquello que conforma su patrimonio personal.

En conjunto y consonancia, todos estos elementos son los que deberían conformar, bajo mi punto de vista, la educación, de una manera teórica, aunque claro está, basada en el aprendizaje por medio de la práctica, para que tenga un mayor calado e influencia entre el alumnado. Queda por supuesto, que esto se debe aplicar a todas las áreas de la enseñanza, no sólo la educación primaria, aunque sea la más cercana a mí en este caso, debido a mis estudios. ¡Ala, ya he soltao la chapa!





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