"Cuestión de clase"


¿Qué pensaríais si os dijera si es lógico que existan unos autobuses de mejor calidad para personas de etnia blanca, pero en cambio los que sean ocupados por negros deben estar en peor estado y con menos mantenimiento? También podría deciros que las mujeres deben pagar más por sus productos de higiene y al mismo tiempo cobrar menos por su trabajo, independientemente de cuál sea y la cualificación que necesite, que un hombre.

¿Creéis que sería absurdo?

Pues igual de absurdo es que luchemos por estas causas, pero que naturalicemos otro de los grandes puntales de la discriminación social, la cuestión de clase. Obviamente, no se debe desmerecer a las otras dos grandes luchas pendientes de la humanidad, ya que las tres entre sí son complementarias y necesarias para desencadenar la consecución o el éxito de las otras dos. Dicho esto, me parece que en la evolución que ha hecho la izquierda, en algunos casos no se muy bien hacia donde, se nos ha ido cayendo en cierto modo la perspectiva que nos da la cuestión de clase para afrontar determinadas cuestiones. Hemos perdido la lucha ideológica en ese campo, en buena parte gracias a pasarnos el día hablando del sexo de los ángeles, yo el primero.

Hemos permitido que la sociedad naturalice, gracias a la influencia incansable de la superestructura capitalista, temas bastante graves como la precariedad, algo que se nos ha vendido como inevitable para el avance y el progreso de los pueblos, al mismo tiempo que hemos asumido como lo más normal del mundo el hecho de que haya barrios para ricos y para pobres, la guetización constante de la sociedad, muy ligada a la etnia por otra parte y el empobrecimiento de los países subordinados a los intereses del neoimperialismo y sus secuaces.

Llegados a este punto, y por supuesto sin quitar un sólo ápice de energía en las otras dos luchas, deberíamos mirarnos al espejo y reflexionar sobre hacia donde nos está llevando esta deriva postmaterialista que nos vende el capitalismo guay y amiguista, para empezar a comprender que la revolución sólo se puede hacer con la barriga llena.

Sin un análisis propiciado por una perspectiva de clase sobre la situación a la que nos está sometiendo el neoliberalismo, no podremos atajar verdaderamente este tipo de cuestiones.

Cómo último apunte, me gustaría dedicar este último párrafo a aquellos que dicen que temas como el ecologismo y el feminismo son asuntos que no tienen carácter materialista y decirles que si no es materialista la reproducción de la fuerza de trabajo o el adecuado control del medio ambiente para poder subsistir con sus recursos, yo me bajo de la vida. Un abrazo para esa gente.

Tira millas.




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