Leña al mono

La red de corrupción más grande de la historia de la democracia ha llegado a su fin. Gürtel. Por fin, hace cuatro días salió la condena que declara la culpabilidad, no ya sólo de los miembros del Partido Popular que estaban dentro de esa infinita red de podredumbre, sino del propio PP como partido: algo insólito que no se había vivido durante los cuarenta y tres años que llevamos de "democracia".

Por ejemplo, para mencionar a algunos de los miembros de este entramado que llevaba activo desde 2000 hasta 2008, podemos hablar de Francisco Correa, cabecilla de la trama, el cual ha sido condenado a cincuenta y un años y once meses de cárcel.También tenemos a Guillermo Ortega, Pablo Crespo, Luis Bárcenas y Alberto López Viejo, los cuales han sido condenados a treinta y ocho, treinta y siete, treinta y tres y treinta y un años, respectivamente. Esta pieza troncal del caso Gürtel se materializa en la adjudicación de contratos públicos a precios inflados a las empresas de Correa, que organizaba los actos del PP de Jose María Aznar durante sus años de gobierno. Parte de los beneficios que obtenía este sujeto con esos contratos con la administración revertía después en las mordidas a los responsables públicos encargados de la adjudicación. Parece que el Jose Mari no fue Irak lo único que dejó lleno de escombros y mierda, pero eso sería otro tema.

Esta situación, por supuesto, ha propiciado que la oposición (salvo Ciudadanos, el partido de la regeneración democrática al ajillo) haya propuesto una moción de censura contra Rajoy, para echarle de la presidencia del Gobierno, lógicamente. Por supuesto, ésto no ha dejado indiferente a nadie.

Lo que a mí más me ha sorprendido ha sido la reacción de los dirigentes del propio partido al conocer esta noticia, una muestra más de que conciben España como su cortijo particular, siendo todos y cada uno de los españoles un manijero al que pedirle pleitesía y una mirada a otro lado cuando, en casos como éste, el patrón se queda con las vergüenzas al aire. No tardó Rafael Hernando, portavoz del PP, en salir al congreso a hacer unas declaraciones a los cuatro vientos: dijo que la moción de censura era un plan del señor de Podemos para ocultar y solapar el tema de la casa de seiscientos mil euros de Galapagar. Después cogió la carretilla en la que portaba sus enormes cojones, los echó dentro y se fue.

Lo peor de todo es la cantidad de gente que está aceptando y adaptando ese discurso, haciéndolo suyo. Miento, lo peor no es eso, aunque sea horrible.

Lo peor es que mientras esto ocurre, Valtonyc se haya tenido que ir a Bruselas a pedir asilo político porque en España iba a ingresar en prisión por una condena de enaltecimiento al terrorismo por rapear. No ha tenido tanta suerte Evaristo Páramos, ex cantante de la Polla Records y actual cantante de Gatillazo, que ha sido retenido por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, cuya única motivación es ganarse la prima para cobrar el plus a fin de mes, bien sea aporreando independentistas o a la caza del músico. ¿Por qué ha sido detenido? Por cantar. Por sus letras, unas letras que en los años ochenta eran aceptadas y toleradas, pero que ahora suponen una amenaza para los sentimientos religiosos y patrióticos. Se están castigando penalmente actualmente cosas que en los primeros años de democracia eran legales, y la dinámica no parece ir  mejor. ¿Es este el país que queremos dejar a nuestro futuro?

 Yo me cago en dios, en la virgen, en la patria y en este país de zarzuela y castañuela que para lo único que parece servir es para perpetuar sistemas y partidos corruptos que contaminan y manchan la democracia.

Tira millas.



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