Ganar o ganar

Esa es la cuestión, y además, de actualidad. Y no es una cuestión cualquiera, porque es lamentablemente la posición que guardan de manera constante los estandartes más reaccionarios de la política fascista europea, reencarnados en Salvini, Le Pen o Santiago Abascal. Me explico.

La propia consecuencia del imperialismo económico y social que hemos desarrollado junto a multitud de actores políticos durante toda la historia moderna y contemporánea, ahora llama a nuestra puerta desangrándose, de cuclillas pidiendo un plato de comida y un refugio en el que resguardarse de las bombas que asolan a sus pueblos de manera inmisericorde. ¿Cual es nuestra actitud? El desentendimiento, crear muros más altos, hacer oídos sordos, seguir siendo, en definitiva, cómplices de un demencial rumbo hacia uno de los genocidios más graves que está sufriendo nuestro tiempo, y del que realmente no somos conscientes en cuanto a dimensiones y gravedad, al igual que no lo eran por ejemplo, los alemanes que vivian en el III Reich y que desconocían en muchos casos las políticas asesinas del nazismo alemán. El tiempo les hizo contemplar los horrores de su pasividad. El tiempo nos hará ver los nuestros.

Ante esta perspectiva, los países se niegan a dar un hogar a los refugiados que huyen de las precarias situaciones que en la mayor parte de los casos, Occidente ha provocado en sus países de orígen, pero en algunos casos, la justicia de los propios países obliga a los gobiernos a dar cobijo a estas personas.

De ahí el ganar o ganar: si los acogen, los propios partidos xenófobos y aporofóbicos tendrán vía libre para poder extender su discurso de odio al diferente, de temor al pobre, de exclusión; y en caso de que la justicie legitime las decisiones políticas que reafirman que cerrar las fronteras de un país ante gente que pide auxilio es una buena decisión, el fascismo saldrá también ganando, porque es lo que buscan: crear una Europa de ellos y para ellos, el hombre blanco de "pienso luego existo". Una inmoralidad aberrante, una gentuza, basura humana que se nutre del odio y el miedo.

Tira millas.