Independentismo: mi visión marxista.

Felonía. Traición a la patria. Permisividad con aquellos que quieren arrebatarnos lo que gracias a la gloriosa constitución del 78 tenemos, por el "consenso" entre españoles. El relator: parece el nombre de un personaje de un libro de Max Brooks

Estos son, entre otros, algunos de los calificativos que se le están aplicando a Pedro Sánchez por intentar mantener una vía de diálogo con los independentistas en Cataluña, que vienen, por otra parte, de la trinchera que hace unos años hacía palmas con las orejas ( y no sabemos si con algo más) al diálogo que entabló Jose María Aznar con ETA. En consonancia con estos últimos acontecimientos, la carcunda y la extrema derecha españolas han decidido movilizarse, cuestión que cuando se proponen, saben hacer bastante eficientemente; los republicanos podemos dar buena cuenta de ello si hacemos la moviola. A raíz de esto, se nos está bombardeando ideológicamente desde los distintos medios de comunicación de masas de nuestro país, formando un conglomerado de datos inconclusos, sin ningún tipo de análisis social, político, o periodístico sobre este diálogo que se está llevando a cabo. Entre todo este barullo, me gustaría exponeros mi punto de vista, marxista claro está, al respecto, siempre desde una perspectiva materialista y de clase sobre el independentismo.

De entrada, me parece que cualquier movimiento político o social que busque o aspire a la emancipación de la clase obrera mediante el independentismo está planteando erróneamente sus tesis, porque obvia totalmente el principio de internacionalismo del que tantísimo hablaba el manifiesto en frases como "proletarios del mundo, uníos". Partiendo de esa base, considero que hacer una lectura separatista del socialismo es una falacia, que además está sostenida por argumentos (al menos con el caso catalán) como que se está configurando una imagen de país socialista, que luche por conseguir los derechos y libertades de la clase trabajadora, pero partiendo de la emancipación territorial de España, obviando el potencial que tenemos como conjunto en un modelo republicano federal, asumiendo nuestras diferencias culturales, que son enormes, y que nos hacen riquísimos como conjunto, porque a nivel personal siempre he pensado que nuestro país es maravilloso por lo que formamos en unidad y diversidad cultural e histórica. La síntesis es clara: no creo, desde mi humilde opinión que esa sea la solución.

Ahora, haciendo un breve ejercicio de empatía, lo que sí puedo llegar a asumir e incluso sentir, porque es algo que forma parte del pensamiento y sentimiento colectivo de la izquierda, es la frustración y las ganas de evasión de este país, que en ocasiones cansa, y mucho. Pero quizá por la identidad construida tras siglos y siglos de resistencia ante monarquías autoritarias, fascismos y falsas transiciones, veo incluso como algo bonito el hermanamiento de las culturas e identidades españolas, luchando codo con codo contra, como dice Fermín Muguruza, "el fascismo y todos esos hijos de puta que nos queren joder". Y sinceramente, espero que en un futuro así pueda ser.

Tira millas.







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