Literatura ¿necesaria?

De un tiempo a esta parte, algunos iluminados dentro de la docencia infantil y juvenil están
tratando de inferir que la literatura no es tan importante como siempre se ha predicado y
que al fin y al cabo, leer no es algo tan necesario (curiosamente, gente que lo más profundo
que ha leído en su vida es la guía docente de una asignatura).

Personalmente, considero que tanto la literatura infantil como la juvenil son indispensables
para el desarrollo, no sólo cognitivo, sino también emocional e intelectual de los y las
jóvenes. Personalmente, algunos de los mejores momentos de mi vida los pasé bajo el flexo
de mi mesita de noche explorando el interior de una boa en busca del elefante, o si por el
contrario lo único que debía hacer era salir de ahí por estar molestando al portador del
sombrero en el cual me había metido maleducadamente. Si hay, en efecto, alguna obra que
pueda decir con toda seguridad que me marcó, y que posiblemente haya leído más de
treinta veces, esa es El Principito.

Sería imposible empezar a enumerar todos los aspectos de mi vida en los que la literatura
me ha hecho mejor, porque de su mano y de la de Isabel Allende comprendí el significado
de la vida, con las bodas de sangre que me leía mi madre cuando estaba embarazada de
mí perdí el miedo a la muerte, gracias a las crónicas marcianas entendí lo que era la
empatía, y con García Márquez pude asimilar que no siempre llegan las cartas cuando las
esperas.

Los libros son vida, son valor, dan perspectiva a una generación que no puede ser dada
mediante el aprendizaje en las escuelas, porque carecen de algo que no está presente en el
alumnado a la hora de sentarse delante del maestro o maestra de turno a escuchar la
lección: pasión. Es algo que en ningún caso puede ser forzado por una institución como la
escuela, al contrario, debe ser inculcado, enseñado con cariño, porque sólo así se
conseguirá una voluntad real de zambullirse en la literatura a una edad temprana, con el
salto de madurez y de implicación personal que ello implica.

Como buen marxista, crítica y autocrítica, porque algo estaremos haciendo mal cuando lo
único que conseguimos es retraer a la juventud ante todo aquello que tiene más de cincuenta
páginas. Vamos a mirárnoslo.

Tira millas.



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